No es el título de mi nueva canción favorita, ni tampoco es el nombre de un libro que leí hace poco, tan solo hace parte de una de las experiencias que un ser humano tiene derecho a vivir. Vivimos en un mundo tergiversado, que nos muestra lo que queremos ver o que aparenta lo que no es, y ya he dado por conclusión que no hay un más allá alguno, si nadie quiere verlo. Y yo he decidido cerrar mis ojos dejar mi espíritu en el limbo y convertirme en algo que nunca espere llegar a ser, pero que he tomado como una nueva metodología de vida, una nueva enseñanza o una caída a un precipicio, cualquiera de las tres opciones puede desencadenar en la pérdida de mi misma, pero a quien importa sino a mi, y no tiene relevancia escribir mañana, porque es ahora y desde hoy, que comienzo esta nueva etapa. Y a quien le importe saber el porque de este acuerdo con migo misma, es el siguiente, muerte de la motivación.
Para lograr ser "exitoso", "buen estudiante", o lo que desees lograr, solo dependes de ti y de la motivación que tengas, nadie te puede motivar si tu no lo quieres, o no lo crees necesario. Pero, cuando caes en tu propia realidad y te das cuenta de que tu motivación depende de alguien mas, es el momento de parar y buscar tu propia motivación, o llevar a derrocar tu vida por completo. De las dos formas puedes resultar desatendida con el mundo y desconocida por completo.
Quien se atrevería a desatar un debate tan interesante cambiar o no hacerlo por temor a perderte en un mar de "posibles soluciones" que no resulten mas que siendo vanos pensamientos, salidos de tu mente una tarde oscura de agosto, que mas hay que decir, la vida me ofrece un cambio y lo aceptare, firmaré un tratado y quedare en total desacierto con lo que me rodea y lo que creía conocer.
Bien, puedo decir que hasta hoy no he pecado de ignorancia, pero que en lo que a mi respecta no sé que pase mañana y que acontezca al jueves.
Quien pensaría que a un día de cambiar tu ser, te llegaría la completa inspiración inesperada.
